Caminando a la felicidad

Reiki, ¿qué es? (2ª entrega)



EL GOKAI




Sólo por hoy no me enfadaré:

Siguiendo este precepto y cumpliéndolo a rajatabla, (que no es fácil, pues la vida nos ofrece infinidad de oportunidades para descontrolar nuestros nervios y perdernos con el enfado, e incluso la ira) se consigue no generar pensamientos, palabras y actos negativos.

Una vez que no generas pensamientos, palabras ni actos negativos, estos no te vuelven, pues por la ley de causa efecto (karma) más tarde o más temprano tendrás que saldar los daños que hagas, y si dejas de hacer daño, llegará un momento en que no tengas experiencias negativas.

También existe otra ley espiritual llamada la ley de la Atracción, por la que un ser atrae a los seres en similar estado vibratorio o en similar estado de desarrollo espiritual. Si tú eres un ser negativo, que te enfadas con todo, atraerás a seres negativos, y sólo habrá a tu lado algún ser positivo que se encuentre saldando algún karma del pasado.


Sólo por hoy no me preocuparé:

Este precepto es muy útil para llegar a ser feliz.

Seguro que estarás de acuerdo conmigo en que nos pasamos la vida atormentándonos o arrepintiéndonos de cosas que hemos hecho en el pasado y sintiendo miedo por lo que nos pase en el futuro.

Nos preocupa que será de nosotros en el futuro y quisiéramos que llegara ese momento futuro ya, para dejar de temerlo, sin darnos cuenta de que si lo consiguiéramos, si pudiéramos trasladarnos al día que por ejemplo finalice nuestra hipoteca, y estar más tranquilos de que la hemos pagado al completo sin problema, dejaríamos de vivir gran parte de nuestras vida.

Y eso es lo que hacemos, dejar de vivir y sentir las pequeñas experiencias de cada día, por centrar nuestra mente en lo que será o no será el futuro, por preocuparnos en atar algo que no podemos atar.

Así, si no te preocupas por lo que pase en el futuro, serás capaz de ser feliz HOY

Esto no quiere decir, que debas ser un irresponsable y un “viva la virgen”. No, no quiere decir eso. Si eres responsable, justo y actúas honradamente, el futuro será bueno, y por ello no debes preocuparte por todo y en concreto por el futuro.

Os recomiendo que leáis “El Poder del Ahora” de Eckhart Tolle.


Sólo por hoy trabajaré duro y honestamente:

Este precepto consiste en que cada día realizarás tus tareas (y no sólo las profesionales) con ilusión y empeño, de una forma honesta, valorando correctamente la importancia de dichas tareas

Normalmente, nos despertamos, nos aseamos, nos desplazamos a nuestro lugar de trabajo y realizamos nuestro trabajo de una forma rutinaria, sin dar valor a lo que hacemos.

Y si no damos valor a lo que hacemos, no podemos hacer el trabajo de una forma entusiasta, convirtiendo muchos de nosotros el trabajo en las horas que debemos perder al día para conseguir una remuneración económica para hacer frente a los gastos económicos a los que nos vemos obligados a afrontar, considerando que esas horas de trabajo, en realidad son horas que restamos obligatoriamente a nuestras vidas. Si además restamos las horas de sueño, en las que no vivimos, nos quedan muy pocas horas en las que poder ser felices.

Por ello es importante y reflexionar que somos afortunados de ser nosotros los que realizamos ese trabajo, por muy mecánico o poco agradable que sea. Debemos pensar que si lo afrontamos con ilusión, seremos capaces de ser felices en un mayor número de ocasiones al día.

No hay trabajo que no sea digno, y el trabajo dignifica a la persona.


Sólo por hoy daré gracias:

Este precepto consiste en agradecer todos los actos que vivas y respetar a todos los seres vivos e inertes del Universo

Al cabo del día, tendrás muchos momentos en los que puedas agradecer pequeñas cosas que te ocurran, pero lamentablemente no los aprovechamos, porque no damos importancia a las cosas que vivimos.

Si te dieras cuenta que cuando te sientas a comer, eres un ser afortunado porque hay quien no tiene que llevarse a la boca, si te dieras cuenta de que el hecho de tener un hospital a menos de cien kilómetros es un lujo que otros seres no tienen, si te dieras cuenta de que hoy tienes salud y otros no, no tendrías que esperar a no tener que comer, a no tener salud para agradecer lo que tienes.

Hazme y hazte un favor, agradece hoy lo que tienes, no esperes a no tenerlo para darte cuenta de lo afortunado que fuiste.

Por otro lado, debes recordar todos los días respetar todos los seres vivos e inertes del universo. Es necesario que comprendas que todo el Universo es Uno, y que todos los seres vivos tienen un espíritu con mayor o menor grado de evolución espiritual y que son necesarios para el proyecto de la Vida.

Los animales y vegetales tienen una identidad que les hace seres individuales, aunque su grado de evolución sea muy distinto en las plantas que en los animales y que en ciertos mamíferos en concreto.

Los minerales no poseen dicha individualidad, pues si partimos una piedra, no podemos pensar que el espíritu de dicha piedra se separe en tantos espíritus como cachos en que hayamos partido la piedra.

En cualquier caso, debemos respetar tanto los seres vivos que disponen de su aspecto individual, como los minerales que no poseen ese aspecto, pero que forman parte del proyecto de la Vida. 

Y si analizas estas líneas, esto es otro aspecto de lo que deberías estar agradecido: aunque tú no le des ningún valor, eres un ser muy avanzado espiritualmente; aunque todavía te quede mucho camino por recorrer, eres un ser con un carácter individual con capacidad para decidir el ejercitar tu espiritualidad y avanzar personalmente o el vivir una vida más material y buscar la felicidad fuera de ti.

Acerca de la elección de buscar la felicidad en tu interior o fuera de ti, te diré que es más cómodo buscarlo fuera, pero nunca llegará, pues aunque puedas conseguir cumplir alguna meta personal que te propongas, conseguirás una felicidad momentánea y pasajera; al poco tiempo te propondrás otras metas y llegará algún momento en el que dejes de conseguir cumplir esas metas y dejarás de ser feliz, al igual que tampoco serás feliz en los periodos entre la consecución de una meta y la consecución de la siguiente.

Sin embargo, si buscas la felicidad en tu interior, trabajando en conocer la parte espiritual que hay en ti, te darás cuenta de que todo lo que ocurre en tu vida no tiene la importancia que tu le das, que lo importante son los quince o treinta minutos que te dediques a ti y que puedes llegar a sentir que todo se para, puedes llegar a ver al mirar hacia dentro, la inmensidad del Universo y comprobar que esa inmensidad coincide con el Vacío.

Todo es nada, recuerda que la separación entre los electrones y el núcleo de cada átomo es de al menos 50.000 veces. O sea, que si ampliáramos el núcleo de un átomo hasta que midiera un metro, habría cincuenta kilómetros de vacío hasta encontrar al electrón.

Es curioso, que estando el Universo compuesto por átomos, y que estando formados por vacío en una proporción de 50.000 a 1, nuestros sentidos consigan rellenar ese vacío, provocando que veamos las cosas con una continuidad que no tienen (por ejemplo vemos un jersey de color verde, y no vemos puntos diminutos de color verde separados por enormes distancias de vacío). Y lo que es más curioso, es que tras el filtrado de nuestros sentidos, lleguemos hasta negar la existencia del Vacío, cuando es lo que más predomina en el Universo.


Sólo por hoy seré amable con los demás y conmigo mismo:

Este precepto, aunque parezca fácil de cumplir, quizá sea el más complicado. Pues el ser amable quiere decir ser amable en todo momento y no en ciertas ocasiones y ser amable con los demás, quiere decir ser amable con todos los demás, con los amigos y con los enemigos (no sólo con los amigos).

En realidad, para llegar a ser feliz en plenitud, debemos trabajar en conseguir olvidarnos de la palabra enemigo, y comenzar a educarnos para no juzgar a nuestros semejantes.

No juzgar es la clave para eliminar la envidia, el odio, la ira y demás emociones y comportamientos negativos de nuestra personalidad.

Si un acto nos hace bien, como si nos hace mal, no debemos juzgarlo; pues después de establecer un juicio, automáticamente catalogamos el acto como positivo o negativo y con ello liberamos nuestro estado emocional en el sentido correspondiente.

Si una persona nos hace daño, no debemos juzgarla, pues automáticamente avivaremos nuestra ira y probablemente nuestro rencor, pensando en cómo devolverle la negatividad que nos ha creado y por tanto, nos comportaremos igual o peor que la persona que nos ha agredido.

Lo que debemos hacer es pensar que esa persona ha actuado así, porque nos está proporcionando la posibilidad de saldar una deuda del pasado, una deuda de karma de esta o de otra vida, y deberíamos agradecer (al menos interiormente) la posibilidad que nos brinda para salvar nuestra deuda anterior.




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