La meditación es un proceso
con el que conseguimos “detener” la mente
En realidad se trata de
dejar usar el hemisferio izquierdo
Hay que bajar la
frecuencia de las ondas cerebrales, hasta el estado alfa, o sea, cuando el cerebro genera ondas alfa.
Según la frecuencia, las
ondas cerebrales se clasifican en:
* de 12 Hz a 48 Hz ondas
beta
* de 8 a 12 Hz ondas
alfa
* de 4 a 8 Hz onda
theta
* de 1 a 4 Hz ondas
delta
En estado de vigilia, el
cerebro trabaja generando ondas beta y utilizamos principalmente el hemisferio
izquierdo.
Si bajamos la frecuencia de las ondas cerebrales
pasamos al estado alfa y utilizamos el
hemisferio derecho
Estamos en estado tetha
cuando entramos en un estado de somnolencia, sueño ligero pero con consciencia.
Cuando nos encontramos en
un sueño profundo, el cerebro genera ondas delta.
Para meditar, el primer
paso es encontrar un lugar , un momento y una postura adecuada.
El lugar debe ser
silencioso y es aconsejable que no sea muy luminoso. Los mejores momentos son
el amanecer y el anochecer. La postura debe ser cómoda. Ya sea sentado o
tumbado, la espalda debe estar recta.
Se puede hacer una serie
de respiraciones inversas o de kapalabati como ejercicio previo a la
meditación.
O bien con los ojos
cerrados, o bien con los ojos entreabiertos con la mirada fija en un punto fijo
(luz de una vela, simbolo Antahkarana, etc) se comienza el segundo paso de la
meditación: la respiración consciente.
Se trata de realizar una
respiración silenciosa, visualizando mentalmente el camino del aire por nuestro
interior, como expliqué anteriormente. También se puede realizar respiraciones
de órbita micro-cósmica.
Lo importante es
visualizar mentalmente el camino del aire por el interior de nuestro cuerpo.
Pues al centrarnos en eso, la mente deja de trabajar en otras cosas.
Probablemente, y sobre
todo al principio, mientras estamos visualizando la respiración (respiración
consciente) la mente se distraerá con cualquier pensamiento relativo a nuestra
vida cotidiana.
En cuanto nos demos
cuenta de que eso ocurre, hay que imaginar que tenemos una pantalla a unos
centímetros de nuestra frente (o en el interior de nuestra mente) y que los
pensamientos se están proyectando en esa pantalla. Cogemos esa imagen y la
hacemos desplazar hacia la derecha de la pantalla, hasta que desaparece de la
pantalla y la pantalla se queda en blanco o en un color azul cielo y seguimos
centrados en visualizar la respiración en nuestro interior.
No hay que
preocuparse por tener pensamientos, lo importante es no juzgarlos (pues se pondría a trabajar el hemisferio
izquierdo del cerebro) y dejarlos pasar.
Al cabo de un rato,
dejaremos de visualizar la respiración, pues notaremos que estamos relajados y
que ya no necesitamos visualizar la respiración para no tener pensamientos
fluyendo rápidamente por la mente.
Notamos, o que no tenemos
pensamientos o que los que tenemos son los que deseamos tener porque la
meditación que estemos realizando lo precise: los chakras, un viaje astral,
comunicaciones con nuestro Guía Espiritual, etc.
Una vez llegado a un
estado de relajación, en el que vemos que no se suceden atropelladamente un
pensamiento tras otro, hemos llegado al estado alfa, reduciéndose la frecuencia
de las ondas generadas en el cerebro.
Y ya no hay porqué hacer
más, tan sólo permanecer en ese estado todo el tiempo que tu vida diaria te
permita: diez minutos, media hora, una hora…
Mi experiencia es que
tras unos cinco minutos se consigue una relajación importante, tras quince
minutos el cuerpo descansa como si
durmiésemos una siesta y tras treinta minutos se consigue recargar
energéticamente el cuerpo.
Con la práctica, el
meditador puede, cuando observa pensamientos fluir, hacerse la pregunta de a
quién corresponden esos pensamientos, y darse cuenta de que pertenecen a las
diferentes mascaras de su Yo Ego.
El meditador puede darle
una forma a su Yo Ego y enviar esos pensamientos a un lado y centrarse en
contactar con su Yo Superior; haciéndole preguntas como cuál es su objetivo
real en esta vida, y esperar a que su Yo Superior le hable de actos altruistas
y de amor al prójimo, o simplemente sentirse feliz de encontrarse con su Yo
Verdadero.
La meditación, como
cualquier otro ejercicio, necesita de práctica. Por ello, es natural que al
principio nos cueste más y no veamos resultados. Pero con constancia se
consigue y los resultados son asombrosos.
También hay meditaciones
guiadas, que son muy prácticas y sencillas de seguir.
La respiración consciente: el segundo paso
para meditar correctamente
Existen diversas técnicas
de respiración,
Kapalabati: La
inspiración es pasiva y la expiración activa (al contrario de la respiración
normal). Se inspira y expira muy rápidamente y se expira de forma sonora.
Consiste en expandir el
abdomen cuando se inspira y contraer el abdomen y el diafragma hacia arriba al
expirar
Se realiza en series de
unas cincuenta respiraciones muy rápidas (tres son suficientes)
La respiración
silenciosa: Se trata de mentalmente imaginar que al inhalar se introduce el
aire en nuestras fosas nasales con dos hilos de seda, ver como se dirige hacia
los pulmones y al expirar imaginamos que el aire se divide en tres ramas, una
con la energía obtenida del aire se dirige al Tan Tien inferior con un color
dorado, la segunda de color blanco se introduce y reparte en los alveolos, el
tercero de color gris es el CO2 que sale por la nariz sin apagar una vela que
imaginariamente se encuentra debajo de nuestra nariz.
Poco a poco, tenemos que
ralentizar cada vez mas la velocidad de nuestra respiración.
La respiración inversa es similar a kapalabati, con las diferencias
de que en esta respiración no se realiza una expiración sonora, que la
velocidad de respiración es más lenta y que se contrae el huiyin a la vez que
el diafragma, o sea cuando se expira.
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Tetaedros energéticos |
La
respiración triangular, para activar el canal central:
Consiste en imaginar que estamos dentro de un tetraedro con la punta hacia
arriba cuando inspiramos y que estamos dentro de un tetraedro con la punta
hacia abajo cuando expiramos.
Cuando tenemos práctica,
hay que ver los dos tetraedros simultáneamente, girando el tetraedro con el
vértice hacia arriba en sentido horario al inspirar y el tetraedro con el
vértice hacia abajo gira en sentido anti-horario al expirar.
La órbita
micro-cósmica es el circuito principal de nuestro cuerpo físico
Está
formado por dos canales:
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La órbita micro-cósmica |
* Dumai
o vaso gobernador. Es el canal de subida, comienza en el punto Huiyin (situado
entre el ano y los genitales, en el 1er chakra), sube por la espalda a flor de
piel, por el cuello, por la coronilla y baja por la frente y nariz hasta llegar
al paladar superior.
* Renmai
o vaso de la concepción, comienza en la punta de lengua y baja por la garganta,
el pec ho, el abdomen,
los genitales y termina en el punto Huiyin
Si juntamos la
lengua con el paladar superior y respiramos pensando (mejor con los ojos
cerrados) que una bola de energía blanca sube por Dumai cuando inspiramos y
baja por Renmai cuando expiramos, conseguiremos relajarnos en pocos segundos.
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