Caminando a la felicidad

Meditación, ¿qué es? (1ª entrega)



La meditación es un proceso con el que conseguimos “ralentizar” la mente.

Al meditar, conseguimos centrar nuestra mente y desechar todos los pensamientos relativos a nuestro día a día, deshaciéndonos de los problemas que nos atormentan en nuestra vida cotidiana. Y con ello, conseguimos relajarnos tanto, que somos capaces de escuchar nuestro interior, y hablar con lo más importante que posees, tu SER, tu YO Superior, la parte divina de ti.


Una vez que conseguimos relajar nuestra respiración y conseguimos ir frenando la velocidad en la que aparecen pensamientos en nuestra mente, podemos elegir tener centrada nuestra mente en un único pensamiento que nosotros elijamos o tener la mente centrada en ningún pensamiento, o sea, tener la mente en blanco.

Esto último es muy difícil de conseguir, extremadamente difícil.

Pero lo que no es difícil, es ralentizar la mente, reduciendo a unos pocos los pensamientos que tengamos en periodos de tiempo de quince o treinta minutos. Solo es necesario práctica.

Aunque al principio es un ejercicio complicado, cuando se ejercita con cierta frecuencia, se consigue meditar sin dificultad alguna.

En la meditación es importante la constancia y la intención.

Mediante la constancia, es decir insistir sin desistir, conseguiremos pasar la primera fase del aprendizaje.

En esta primera fase, nuestra mente se niega a detener su ritmo frenético y seguirá inundando nuestro cerebro con un sin fin de pensamientos que aparecen de forma ininterrumpidamente. De todos esos pensamientos, elegiremos uno y comenzaremos a crear una proyección del mismo, inventándonos una historia relativa a dicho pensamiento, y nuestra mente seguirá trabajando a toda velocidad, sin que te des cuenta de que no controlas tu mente, y que ella trabaja sola, a su aire. Así, sin que te des cuenta, tu mente habrá hecho todo un libro acerca de lo que pasó cuando imaginaste por un instante que estabas en la gasolinera. Sin que te des cuenta, estarás pensando en lo que le dijiste a la persona que estaba delante de ti en la cola de pago, en lo que le dijiste al cajero de la gasolinera, pensando en que has decidido comprarte una bebida isotónica porque tenías sed y te apetecía esa bebida, etc.

O sea, durante la primera fase del aprendizaje de la meditación, lo más habitual es que tu mente en cuestión de segundos, casi al mismo tiempo en que cierras los ojos, te presente decenas de imágenes a una velocidad altísima y que de inmediato, elija una y cree una historia completa como que pasará  en la gasolinera cuando vayas la próxima vez a repostar gasoil.

Por eso es muy importante INSISTIR, pues insistiendo empezaremos a darnos cuenta de que tenemos esos pensamientos y que estamos creando historias con la mente, y una vez que nos demos cuenta, habremos dado el primer paso: ser conscientes de que nuestra mente está trabajando desbocada, y podremos elegir el parar ese pensamiento, esa historia y decidir no pensar en ello y pensar en nuestra respiración.

En otra entrega, os explicaré lo que he aprendido sobre cómo meditar.

Otro aspecto importancia de la meditación es la INTENCION.

Aunque cuando meditas, no tienes que intentar focalizar la mente en nada, es importante cuando comienzas la meditación mostrar tu intención de conectar con TU SER, con el YO SUPERIOR



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